Protege tus bienes

Es muy importante que tomes medidas para proteger tus bienes y tu patrimonio, ya que no querrás perder lo que con esfuerzo y disciplina has conseguido.

Aquí te ofrecemos algunos consejos sobre cómo hacerlo:

Cuida tu hogar

• Si vas de viaje…
  Cuando estamos preparando un viaje, siempre nos preocupamos primero por el hospedaje, los boletos, las maletas, el itinerario, etcétera. Pero, ¿y tu casa?, no la dejes hasta el final.
  
  Entre las cosas que puedes hacer para ahorrar un poco de dinero, es desconectar aparatos eléctricos. Sí, el equipo de audio y video, electrodomésticos, computadoras de escritorio, aparatos de uso personal, entre otros. Éstos, a pesar de que no estén encendidos, gastan un poco de energía mientras están conectados. Además si los desconectas evitas riesgos como que se quemen o averíen si hay una tormenta eléctrica, o incluso el riesgo de incendio si alguno llegase a hacer un corto circuito.
  
  No te olvides de pagar los gastos generados por tu vivienda. Por ejemplo, el mantenimiento, el agua, el gas, la luz, internet, y, todos aquellos que surjan del día a día, con la idea de que a tu regreso no tengas que pagar recargos o te quedes sin algún servicio.
  
  ¿Cuentas con objetos de valor?, puedes guardarlos en una caja de seguridad en alguna institución bancaria, dentro de tu casa en donde mejor lo consideres, o puedes encargarlos con otra persona. Lo importante es no dejarlos a la vista.
  
  Es importante que dejes una llave con algún familiar de confianza, que pueda ingresar a tu casa en caso de alguna emergencia. Y por último, evita hacer alarde de que tu casa está desocupada, par evitar que personas ajenas tengan la tentación de entrar.
• Durante la vida cotidiana…
  No solo debes tomar medidas para proteger tu casa cuando sales de viaje. Es muy importante que todos los días esté protegida de los riesgos que puedan presentarse. Por ello es muy importante contar una póliza de seguro, que proteja tu casa y sus contenidos (electrodomésticos, muebles y enseres, ropa, entre otros) en caso de presentarse situaciones como terremoto, incendio, inundación, y robo.

Protege tu auto

• Adquiere una póliza de seguro El auto también es parte de nuestro patrimonio, así que no debemos dudar en asegurarlo. Así, en caso de que seas víctima de robo o de que se presente un choque desafortunado, tienes el respaldo de tu aseguradora. Esto es lo que debes saber al respecto:
  
  Tipos de coberturas: antes de acudir a una agencia aseguradora, revisa bien las diferentes opciones de cobertura. Te recomendamos que adquieras alguno de cobertura amplia que incluya, entre otras, hurto, pérdida total por daños, pérdida parcial por daños, además de cobertura de responsabilidad civil a terceros.
  
  Vigencia: recuerda que toda póliza de seguro tiene una fecha de vencimiento. Debes estar pendiente de cuándo debes renovar el servicio para que no vayas a quedar sin cobertura. De la misma manera, consulta las fechas o las maneras de pago, para estar siempre al día.
  
  Conoce tus derechos: aunque la aseguradora al momento de algún siniestro irá en tu auxilio, es fundamental que conozcas los derechos y obligaciones que tienes como conductor. De esta forma sabrás de qué manera actuar sin que salgas perjudicado.
  
  Recuerda que al contar con un automóvil, cuentas con una serie de responsabilidades que no debes dejar de lado. Acude a agencias autorizadas para que no seas víctima de ningún tipo de fraude. Asegura tu camino y maneja siempre con precaución.


• Realiza mantenimiento preventivo
  No importa si tu auto es nuevo o es usado. Es muy importante que lo lleves a las sesiones de mantenimiento periódicas de acuerdo con las recomendaciones de la marca y el fabricante. Esto usualmente incluye revisión o cambio de aceite, alineación y balanceo, revisión de frenos, revisión de motor, entre otros.
  
  Así se garantiza que tu auto se mantenga en óptimas condiciones de funcionamiento, lo cual permitirá que lo uses de forma segura, y que además tenga una vida útil mas larga. De lo contrario es probable que con el uso debas incurrir en gastos extra de reparaciones que se podían haber prevenido con un adecuado mantenimiento.