Tu primer hogar: alquilar vivienda de forma inteligente
Rentar es una buena opción para quien no cuenta con una reserva de dinero que permita dar un enganche o cuota inicial para la compra de un bien inmueble.
Si has decidido que el siguiente paso es rentar un inmueble, debes tener en cuenta algunos aspectos:
- Casa o departamento
Esta decisión depende principalmente de la capacidad de pago que tengan las personas, ya que una casa suele representar una renta mayor. Al comienzo, quizá la mejor idea sea un departamento. Esto, para dejar un margen que se destine al ahorro y poder adquirir una propiedad en el futuro. - Ubicación
Conviene recorrer la zona que nos interesa para vivir y así darnos cuenta de los anuncios que hay en relación con las propiedades que se rentan. De la misma manera, es importante que cuando nos llame la atención un anuncio en internet o en el periódico, acudamos a revisar la zona, ya que, en ocasiones, el anuncio no nos muestra cómo son los alrededores y probablemente al llegar al lugar no sea lo que estemos buscando.
Ahora bien, si vamos a hacer el esfuerzo de pagar una renta mensual, lo conveniente es que esté lo más cerca posible de nuestro centro de trabajo, De esa manera, ahorraremos un poco en gastos de transporte y estaremos más desahogados para el pago de la renta. - Número de habitaciones
Para los recién casados, una habitación parece ser suficiente; sin embargo, es conveniente considerar la opción de que tenga mínimo dos habitaciones, para destinar la otra como estudio, cuarto de televisión, para visitas o para la llegada de un nuevo miembro a la familia. - Los metros cuadrados de superficie
Este es otro aspecto por considerar. Puedes tener una idea aproximada de qué tan grande o qué tan chico debe ser el espacio que se necesita para iniciar la nueva vida. Depende también de si deseas adaptar algún área para uso personal o si el lugar ofrece ventajas extras como terrazas, cuarto de lavado, balcón, etcétera. - Particular o con inmobiliaria
Cuando acudes a que te muestren el inmueble publicado en el anuncio que llamó tu atención, encontrarás una de dos opciones: que sea un particular quien ofrezca hacer el trato o que sea una empresa inmobiliaria. Ambas opciones son buenas, lo importante es proteger tus intereses, asegurándote de hacer todos los trámites de manera formal.
Tanto con un particular como con una inmobiliaria, al decidir rentar el inmueble, es necesario establecer un contrato que especifique todos los aspectos a considerar en cuanto a los pagos, fechas, plazas, condiciones actuales de la vivienda, servicios y otros. Es importante verificar que todas las cláusulas son adecuadas y justas. Recuerda no quedarte con dudas.
Normalmente, los contratos se firman por un año como tiempo mínimo, es decir, que antes de un año no puedes abandonar la propiedad ni el dueño podrá requerirla. Es importante considerar esto, ya que si deseas cambiar de casa, antes de cumplir el año, probablemente tengas que cubrir alguna cuota de penalización.
De manera general, ya sea un particular o por medio de una empresa inmobiliaria, nos pedirán que realicemos un depósito para garantizar nuestro compromiso y que servirá también como fondo, en caso de que la propiedad sufriera daños que hubiera que reparar a causa de nuestra estancia. Conviene revisar, antes de firmar, cuáles son las condiciones específicas para la renta de dicho inmueble.
La renta de cada mes debe cubrirse dentro del plazo que se haya establecido en el contrato. Pagar puntualmente nos da una buena imagen y permite que tengamos una relación sana con el arrendador.
Si ha llegado el momento de mudarse a otro lugar, es momento de verificar que el inmueble esté en óptimas condiciones, muy limpio y que no haya sufrido daños importantes. De esa manera, recuperaremos el dinero que depositamos en un principio y evitará que terminemos costeando el maltrato que otros hayan causado a la vivienda.
Te recomendamos que para cualquier trámite de este tipo te asesores con un abogado o un especialista en estos trámites, así podrás vigilar que todo esté en orden y tendrás el respaldo para cualquier aclaración. - Responsabilidad
Debido a que el inmueble no es nuestro, nos encontramos ante una responsabilidad. Es decir, tenemos el compromiso de entregar la vivienda tal y como la recibimos, y, salvo el desgaste normal, nuestra responsabilidad es resarcir los daños graves que hayamos causado.
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